Aparentemente atemporales, pero en constante cambio, los ríos del noroeste del Pacífico son emblemáticos de esta región lluviosa: maravillas geológicas naturales, vivas y en constante evolución con la flora y la fauna que coexisten en una escala temporal incomprensible. Estas vías fluviales prístinas fluyen desde las cimas de las Montañas Cascade hasta el océano Pacífico, proporcionando recursos esenciales para todo tipo de vida a lo largo de sus serpenteantes cursos y sus innumerables afluentes, a veces plácidos y tranquilos, a veces turbulentos y descaradamente violentos. Ese es el poder de la naturaleza: energía transportada a través de un medio acuático, arrastrada río abajo por fuerzas que se sienten pero no se ven.
Lejos de las luces de la ciudad y el tráfico enredado de Portland, Oregón, un grupo diverso de amantes de la naturaleza se reúne en una propiedad arbolada de 8 hectáreas cerca de Grants Pass para prepararse para una excursión de rafting de cuatro días. Hombres y mujeres, de la generación X a la generación Z, de la costa este a la costa oeste, los dedicados guías de Northwest Rafting Company organizan suministros, reúnen comida y cargan balsas en un remolque. Están a punto de embarcarse en una travesía de rafting con tres familias que no se conocen. Su trabajo es navegar por el río, mantener a sus visitantes seguros y hacerles pasar un rato increíble. Su misión es crear conexiones significativas, crear recuerdos para toda la vida y nuevas amistades, y fomentar una mayor comprensión y respeto por nuestro mundo natural.
Northwest Rafting Company fue fundada en 2009 por Zach Collier, amante de la naturaleza y guía de rafting con una larga trayectoria. Desde sus inicios, la empresa ha operado con un doble propósito: ofrecer a la gente la oportunidad de disfrutar de la naturaleza y defender la protección y preservación de este entorno natural prístino para las generaciones futuras. Hoy, con operaciones comerciales en los ríos Rogue, White Salmon, Owyhee, Illinois y Chetco, además de dos rutas fluviales internacionales en Bután y Chile, el equipo de Northwest Rafting mantiene este legado, trabajando largas jornadas de 16 horas, física y socialmente exigentes, para garantizar que la experiencia de los visitantes sea inigualable.
“El tiempo en el río es cuando la gente deja de lado sus teléfonos y relojes y simplemente se concentra en el momento presente. Les permite experimentar la espontaneidad”, dice Tate Tomlinson, guía fluvial y amante de la comida de Northwest Rafting. Esta primavera, Tate inicia su segunda temporada como guía y aporta su legado familiar de rafting y su personalidad alegre y divertida a cada tarea e interacción en el río. No solo es responsable de la experiencia y la seguridad de los visitantes, sino que también planifica y prepara la comida de cada viaje, asegurándose de que todos los ingredientes estén en el lugar correcto a lo largo del río a la hora de comer.
“El río me ha transformado sin duda alguna. He aprendido más sobre mí mismo y sobre la energía de la Tierra en el río”, explica Tate. “Me siento mejor cuando estoy en el río, lejos de las distracciones modernas y abierto a conectar con la gente y la naturaleza, y a apreciar cada pequeño momento. Ayuda venir al río con la mente abierta y dispuesto a salir de la zona de confort con una mentalidad de probarlo todo. Es imposible alejarse del río sin transformarse de alguna manera”.
Michael Hughes, guía y gerente de operaciones de Northwest Rafting, lleva 14 temporadas guiando con la empresa. Lo ha visto todo en el río, desde crecidas naturales que modifican la ribera hasta un águila pescadora luchando por un pez en pleno vuelo. Regresa año tras año, no solo por la camaradería y el estilo de vida activo al aire libre, sino también por la emoción y la incertidumbre que ofrece trabajar al aire libre.
“Alegría y gratitud, eso es lo que siento cuando estoy en el río”, dice Michael. “Si no hubiera sido por personas que, mucho antes que yo, me dijeron que este es un lugar especial que hay que proteger para las generaciones futuras, no tendría este maravilloso trabajo. Incluso con el viento río arriba soplando con fuerza en mi cara, en las peores condiciones climáticas, sigo ahí, haciendo un trabajo que me encanta. Es un trabajo duro, pero siempre me divierto de muchísimas maneras. Siempre hay algo nuevo, se aprenden cosas nuevas, se conoce gente nueva; el río une a la gente de una manera muy positiva; es superpoderoso”.
Michael se toma muy en serio la historia, el legado y la preservación de esta región. Al compartir este sentimiento con todos los guías y el equipo de Northwest Rafting Company, espera inculcar un reconocimiento y una apreciación más profunda de la naturaleza en todas las vidas que tocan colectivamente.
Espero que nuestros huéspedes se diviertan, se sientan bienvenidos y seguros. El trabajo del equipo y del guía es llevar a familias que no se conocen a un río durante cuatro días y hacerles pasar un rato realmente agradable. Si terminan el viaje y es el mejor de su vida, misión cumplida —dice Michael—. Pero también hay una misión más profunda: conectar a las personas con la naturaleza. Algunas personas no saben que pueden acampar, dormir al aire libre o incluso navegar en balsa por un río; nunca lo han hecho. Tampoco son conscientes de que los peces y la vida silvestre se ven afectados por lo que hacen en la vida. Ahora, pueden aprender sobre cómo recrearse al aire libre, la conservación del río y cómo respetar la naturaleza sin dejar rastro. Cuanta más gente esté recreando al aire libre, más se nota que hemos hecho un buen trabajo.
